Si sientes que eres raro,
mírate, es muy claro,
que es cuestión de que cambies de actitud.
Sé también que no eres muy común,
ni vulgar, no tienes par
yo sé como eres tú.
Deja por favor tu corona
y el dolor abandona.
Porque al mirar yo tu encanto
y al pensar en tu llanto,
suspirar es lo que querría hacer yo.
Créeme,
lo que eres tú
jamás lo cambiaré.
Para mi no hay otro igual
y siempre te amaré.
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