Dejé todo lo que me importaba por ti. ¿Y total para qué?
Ahora toca aprender a olvidarte, aprender los "no me importas".
Vuelven las sonrisas falsas y las largas noches en vela, esos días en que la oscuridad se vuelve la luz de tu mirada. Luz que ya no está, porque ya no está quien la ilumina.
Después no intentes volver, por que ya no estaré. No quedará ni rastro de lo que había, ni de lo que hay.
Sólo quedará un rastro de lágrimas que no conseguirás seguir, nada más.
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