Adoro que derrumbes
todas las paredes, castillos.
Tires abajo mis esquemas
y los quemes, si quieres.
Te permito entrar, interrumpir.
Adelante, es un mundo nuevo.
Es irreal ese sentimiento.
La primera vez que las murallas
están tan bajadas;
permitiendo la entrada
al enemigo natural.
Raro, pero encantador.
Tu manera de mirar
me arranca la razón.
Me congela el sentido.
Y yo, torpemente,
acepto tus ataques.
Tan indirectamente,
que hasta dudo de todo,
para finalmente sólo creer
en lo que de verdad puedo creer.
En ti, sólo en ti.